Sofía Peñate

Filosofía Geneve

Simpática, cercana, dulce. Se sacude los nervios previos a la entrevista con un par de sonrisas y, ahora sí, me atiende con gran amabilidad. Así es Sofía Peñate Pérez, toda una veterana en la familia Geneve, pues lleva 30 años al servicio de la empresa, de los cuales, 15 los ha pasado entre perfumes, y el resto, bajo el “tic-tac” de los relojes.

¿Por qué relojes?
Me parece un mundo fantástico, que está en constante crecimiento, un lugar donde cada día aprendes algo. Empecé en el mundo de la relojería por trabajo. En un principio me ubicaron en perfumería, posteriormente, la empresa siguió creciendo y me pasaron a relojería… ¡Y yo encantada!

¿Qué tienen de especial?
¿Qué no tienen de especial? (sonríe). Lo que realmente me sorprende de un reloj es la cantidad de trabajo y de detalles que dan vida al mismo y que, por lo general, no vemos. Un trabajo de artesano, laborioso, complejo, pero realmente apasionante. Los maestros relojeros son auténticos virtuosos.

También tienen joyas…
Sí, tenemos un catálogo muy variado en Alta Joyería. Geneve es una compañía muy dinámica, cada temporada traemos novedades y las conjugamos con piezas más clásicas e icónicas.

Si tuviera que elegir joyas o relojes, ¿por qué se decantaría?
Me gusta también mucho el tema de la joyería, pero lo que realmente me fascina son los relojes. Soy muy relojera (risas).

Hablemos de Geneve, ¿Qué significa para usted?
Hombre, para mí Geneve es mi segundo hogar, te lo digo sinceramente. Los últimos 30 años de mi vida los he pasado aquí. Geneve forma parte de mi vida, de mi manera de ser, tengo muchísimos compañeros, lo es todo.

Sofía Peñate, Experta en relojes suizos y joyería en Geneve Company.

Estamos de celebración, Geneve cumple 30 años. ¿Qué es lo que más le ha marcado?
Mmmm (se lo piensa). Me pareció muy bonita la experiencia de ir a Suiza con Breitling. Fue una experiencia maravillosa. Poder ver la parte interna de los relojes, sus mecanismos, cómo fabricaban las correas… La verdad que para mí fue una experiencia muy bonita.
A lo largo de su trayectoria, habrá visto infinidad de relojes. ¿Recuerda alguno con especial mimo?
Sinceramente, soy muy de Omega, me gusta mucho Omega, pero la verdad, si tengo que nombrar alguno en especial… Me fascina mucho el IWC Perpetual Calendar. Aunque me encanta Omega, ¡eh! (lo remarca y ríe).
Explíquenos en qué consiste su actividad.
Un poquito de todo: o me vas a ver haciendo escaparates, o vendiendo, haciendo inventario…
¡Es usted un todoterreno!
Un todoterreno, sí (risas).
¿Algún “truquillo” para tener éxito de cara al cliente?
Para mí el truco que he aprendido en mi vida es la paciencia. El saber escuchar las necesidades del cliente es primordial. Aunque tú quieras vender una pieza, si no se ajusta a las necesidades del cliente, tienes un 80% de posibilidades de fracasar en esa venta. En cambio si escuchas al cliente, sus necesidades, lo que va buscando, tienes muchas más probabilidades de hacer la venta.
2019 y esto no para. ¿Cómo ve el futuro de la compañía?
Nosotros tratamos siempre de transmitir al cliente que nuestro objetivo es satisfacer sus necesidades. Nuestra base es la confianza de nuestros clientes y así llevamos ya 30 años. Hacemos un trabajo serio y responsable, pero con la calidez de una gran familia. ¡No nos cansamos de crecer!
¿Y el mundo de la Alta Relojería y Joyería? Las nuevas generaciones parecen apostar por los smartwaches…
Pienso que la persona a la que le guste verdaderamente la Alta Relojería sabrá transmitir esa pasión a sus descendientes. Los relojes siempre tendrán su generación, tanto los mecánicos como los automáticos. En mi opinión, el smartwatch tendrá una duración efímera.
Para finalizar. ¿Qué balance hace de su experiencia en Geneve?
Positivo. Como le he dicho antes, somos una gran familia. Todos los compañeros llevamos mucho tiempo juntos, nos conocemos, tanto las virtudes como los defectos (risas). Geneve, aparte de ser una gran empresa, es una gran familia.

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